<$BlogRSDURL$>

viernes, octubre 29, 2004

'No sabía del poder que tienen las piedras sobre los seres vivos'.
Enojado. Harto de escuchar cargadas acerca de todos los actos que realizara, Albertito, de 2 años y medio de edad, contextura física delgada y pretensiones artísticas, tomó una piedra y la arrojó en dirección de Juancito, 4 años, pelirrojo, pecoso y con histeria en grado avanzado, provocándole lesiones crónicas.
Hoy, a los 45 años, Alberto, 'ya no soy Albertito', se anima a contar su historia.
'Este chico era muy molesto', dice sin rodeos, 'en esa ocasión, me cargó como consecuencia de mi afición a tocar la flauta dulce'. Esa vocación quedó trunca, 'nunca pude volver a tocarla'.
A lo largo su vida ha tenido algunas reacciones similares 'pero a las piñas y alguna mordida de oreja, quizás, nada de piedras, ¿eh?'.
Asegura que, en la actualidad, se encuentra bastante calmado y que los ataques a personas son cosas del pasado, aunque su psiquiatra, actuando de una manera muy poco profesional, opina éste cronista, emitió una opinión al respecto, 'nunca va a poder estar tranquilo, no pienso permitirlo'.
Alberto se dedica a buscar trabajo y, mientras tanto, engaña a los habitantes de la ciudad con las diferentes técnicas estafatorias que aprendió de la película Nueve reinas. 'Darín es un maestro', acota, creyendo que eso tiene algo que ver con lo que venimos hablando.
Hoy, la esperanza es lo único que tiene por perder.
Alberto, antes Albertito, confía en que, de alguna manera, podrá seguir adelante con su vida, sin consultar demasiado a su conciencia.
'De algún lado va a salir sangre', dice mientras me extiende la misma mano con la que otrora provocara daños crónicos e irreparables en el cuerpo de un niño que, quizás, se lo merecía.

|

This page is powered by Blogger. Isn't yours?